miércoles, 15 de mayo de 2013

Rosquillas tontas y luego listas


Tenemos  metido en el cuerpo los acordes del chotis acompañado de ese típico organillo. Ya se divisan los chulapos y chulapas más castizos con sus trajes  típicos, y los claveles enclavados en la solapa y el pañuelo. Sí, es San Isidro, la festividad de los labradores que alcanza su punto álgido en Madrid. Las calles de la capital se llenan de gente para celebrar esta fiesta.

Las tontas, las listas, las francesas y las de Santa Clara son las protagonistas. Y es que, también la gastronomía madrileña se viste de gala para celebrar estos días. Y no, no estamos hablando de nadie en concreto, sino de las rosquillas de San Isidro, que se acostumbran a consumir en estos días. Todo un clásico de las pastelerías de Madrid.

La base en todas es la misma, pero se diferencian en el acabado: las rosquillas tontas no están bañadas, de ahí su nombre; las listas se recubren con azúcar fondant, dándolas un color amarillo; las de Santa Clara se revisten de merengue seco, y las francesas llevan un rebozado de granillo de almendra. Simplemente, ¡deliciosas!.




¿Cómo se preparan las rosquillas de San Isidro?  

Debes preparar:

200 gr. de harina, 100 gr. de azúcar, 4 huevos, 1/2 cucharadita de levadura en polvo, 1 copa de anís, 1 cucharadita de anises, cáscara de limón y aceite de oliva.

Manos en la masa:

Lava la cáscara de limón y sécala muy bien. Añade seis cucharadas de aceite en una sartén al fuego, y cuando comience a estar caliente incorpora la cáscara de limón y déjala a fuego suave durante diez minutos. Retirar la cáscara de limón y deséchala. Aparta la sartén del fuego y deja enfriar el aceite.

Pon una cucharada de anises en otra sartén y tuéstalos al fuego moviéndolos de vez en cuando; después, machacarlos en el mortero hasta hacerlos polvo.

Bate tres huevos con el azúcar hasta que estén espumosos, agrega el aceite frito ya frío, los anises, la copa de anís y la harina. Mezcla todo bien hasta obtener una masa homogénea. Tapa el cuenco con un paño y deja reposar la masa una hora en el frigorífico o en un lugar muy fresco.

Dividir la pasta en partes, formando bolitas con ellas. Aplástalas un poco y haz un agujero en el centro para darles la forma deseada. Seguidamente, engrasa  la bandeja del horno y coloca las rosquillas de forma que queden separadas unas de otras. Bate el huevo restante y con un pincel unta las rosquillas con el huevo batido.

Calienta el horno y cuece las rosquillas a media potencia hasta que estén cocidas y doradas por la parte superior.

 Esperemos que os salgan bien, y si estáis por Madrid, no os perdáis tampoco el resto de "Comidas típicas que no debeis dejar de probar"   ¡Feliz San Isidro! 

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