viernes, 15 de marzo de 2013

Las Fallas y los Ninots



Las Fallas, también llamadas fiestas josefinas o festes de Sant Josep , son las fiestas más internacionales y tradicionales a la vez de la ciudad de Valencia y de diferentes poblaciones de la Comunidad Valenciana.
Se celebran cada año desde el 15 al 19 de marzo, aunque se empiezan a calentar motores a partir del 1 de marzo con las mascletás, exhibiciones pirotécnicas que tienen lugar en la Plaza del Ayuntamiento.
El 15 de marzo es la fecha en la que se produce la tradicional plantà de fallas. Se trabaja durante toda la noche para instalar más de 700 figuras, conocidas como ninots, por las calles y plazas de la ciudad. Estas enormes estatuas pueden alcanzar hasta los 20 o 30 metros de altura y representan caricaturas o sátiras para criticar a políticos, personajes famosos o los acontecimientos más relevantes del año.
En valenciano medieval, la palabra falla servía para nombrar las antorchas; de ahí aprendemos parte de la historia de esta tradición.
El origen de la celebración se remonta a los parot de los carpinteros: una lámpara de madera con la que iluminaban los talleres en invierno y que quemaban en la calle la víspera del día de San José, para anunciar su festividad. Al comienzo se les otorgaba un aspecto humano adornándolos con trapos viejos, hasta que a mediados del siglo XIX, empezaron a aumentar su volumen y altura y a mejorar sus formas, convirtiéndolas en monumentales muñecos decorativos.
Sin embargo, existen numerosas otras versiones sobre el origen de estas fiestas.
En 1895 se crean los primeros premios a las fallas más artísticas; gracias a ello, los ninots se transformaron en obras de grande creatividad que darán paso a la profesión del Artista Fallero. Posteriormente, los artesanos incorporaron un nuevo procedimiento: la reproducción de moldes en cartón piedra. La creación de la falla fue evolucionando hasta la actualidad, donde la mayoría de monumentos están compuestos de porexpán.

Es posible disfrutar de estas impresionantes escenas hasta la noche entre el 19 y el 20, cuando se realiza la cremà: la quemada de todos los ninots con música y fuegos artificiales. Solo un ninot queda exento de las llamas y, elegido por votación popular, entrará a formar parte de la colección del Museo Fallero.

Y para terminar de forma satisfactoria la experiencia fallera, no puede faltar una rica paella valenciana.

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